Francesc Altarriba en su intervención en la Escuela Universitaria de Hostelería de Sant Pol de Mar |
Los alumnos de la Escuela Universitaria de Hotelería de Sant Pol de Mar (EUHT), en Barcelona, han aprendido de la mano de
Francesc Altarriba cómo conseguir elegancia, belleza y, por supuesto, aroma y
sabor en el comedor, mediante cocciones óptimas del pan, cortes afinados y
diseño en las presentaciones.
Una semana antes, 30 profesionales que
asistieron a las jornadas de excelencia profesional en CEICID (Pamplona)
descubrían, de la mano del experto, los secretos para que el pan triunfe en
hospitales, escuelas y otras colectividades, sin que un gran número de
comensales merme sus cualidades nutritivas, pero tampoco placenteras, y
rentabilizándolo a su vez en las cuentas de explotación, consiguiendo merma
0.
Fue de
su propia mente de donde nació la figura del Pannier, una especialización con
la que nadie había dado. Ahora el experto demuestra cómo de esencial es en un
restaurante un experto capaz de conseguir que el comensal disfrute de un buen
pan, aparte de por lo bien hecho que esté, por ser consumido cuando toca y como
toca.
IMPORTANCIA DEL PAN
La clave, para Altarriba, es formar Panniers y
expertos que guíen al comensal en su experiencia gastronómica de comer pan y la
conviertan en placentera. “Un
comensal puede salir satisfecho de un establecimiento por su cocina, el trato y
servicio y el ambiente que se respire e inspire el lugar, pero lo que
verdaderamente premiará con la excelencia un restaurante será un detalle, a
veces tan invisible hasta día de hoy, como el servicio y presentación del pan”,
comenta.
De entre los adornos, aceites, sales y bebidas,
el pan es uno de los complementos que más enriquece la sala y el más decisivo
para poner broche a la satisfacción total del comensal. Por suerte, cada vez
son más los centros de formación que amplían su visión gastronómica y optan por
modernizarse e innovar al son del método Altarriba.