La elección perfecta. Eso es Matusalem Gran Reserva 15. Lo es aún más ahora que se presenta en una edición especial irrepetible, una fusión de dos de los productos más preciados del mundo.
El ron y el chocolate más premium se abrazan en la creación de toda una joya gourmet, algo tan apetecible como una caja regalo que presenta uno de los maridajes más codiciados por todo sibarita de élite.
Por un lado, Matusalem Gran Reserva 15, el destilado para aquellos que gustan de lo excepcional. Un ron amable a la entrada, con notas de fruta tropical madura, alcohol muy bien integrado, ecos avainillados y un goloso final. Su aterciopelada suavidad marcada en su buqué y sabor lo convierten en un ron ideal para tomar solo o con hielo, y le han hecho merecedor de prestigiosos galardones como el Premio al Mejor Ron o el Doble Galardón de Oro en la San Francisco World Spirits Competition 2008.
Por otro, una caja de cuatro bombones elaborados especialmente con esta variedad de Matusalem de forma totalmente artesanal, tanto en el relleno, el bañado y el decorado. Los bombones están realizados con una cobertura de chocolate negro con 70% de cacao, poco amargo, suave, ideal para potenciar y lograr que domine el sabor y las tonalidades de Matusalem en un perfecto maridaje. Sus aromas a tostado y sus toques de madera se armonizan y realzan las notas de este ron tan especial.
Historia de un ron con Solera
Ron Matusalem era el ron preferido de la alta sociedad en Cuba durante la época dorada de la isla. Se destiló por primera vez en su capital en 1872 utilizando una fórmula secreta proveniente de España. Hoy, la familia Matusalem continúa utilizando su legendario método Solera, cuyo resultado es Matusalem Gran Reserva 15, calidad superior y suavidad sin igual.
El proceso de elaboración
Magistralmente mezclado según la tradición cubana, Matusalem Gran Reserva 15 es exótico, sensual, complejo y sofisticado, con un irresistible toque de suavidad. La clave es el legendario método Solera por el que se mezcla una selección de rones maduros artesanales, envejecidos en barricas de roble francés. Esto permite un sorprendente maridaje entre todos ellos que resulta en un destilado fuera de lo común, un ron como ningún otro que se potencia, ahora, de la mano de un chocolate exquisito.