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29 ene 2015

Cuando la dieta condiciona nuestras relaciones de pareja



No, no queremos decir físicamente, aunque allá cada uno con sus preferencias espaciales en torno a la práctica del sexo. Ya se sabe que, además de la clásica cama, con edredón y embozo incluido, hay quien prefiere otros lugares de la casa, e incluso los exteriores, desde parques y jardines, hasta aviones y centros de trabajo.

A muchos no les importa el lugar, pero si la periodicidad. Las marcas de preservativos lo saben y por eso una de las de referencia elabora un informe en el que destaca, en nuestro caso, que el 73% de los españoles practica el sexo una vez a la semana. El estudio añade que, según la muestra estudiada, un 70 % de ciudadanos de nuestro país ( un 84% de hombres y un 55% de mujeres) asegura alcanzar el orgasmo.

En este sentido, los sexólogos han visto reforzados sus trabajos con la contribución de sociólogos y otros expertos médicos, como los especialistas en alimentación.


La voz de alarma en relación a los efectos adversos de las llamadas “dietas milagro” extiende sus advertencias sobre los efectos secundarios de las mismas a la inapetencia sexual. El motivo principal resulta de fácil deducción: el rápido y extenuante esfuerzo al que se somete a nuestro organismo con una pérdida de peso que , en muchos casos, ni siquiera es conveniente , nos deja exhaustos.

Sin energía no hay sexo. El dolor de cabeza típico-tópico de lo chistes sobre parejas se queda en un juego de niños al lado de los efectos perversos que sobre nuestra libido tiene esta acelerada desnutrición.

Además, la pérdida de peso descontrolada, el desequilibrio nutricional, como la ausencia absoluta de proteínas de una conocida y cuestionada dieta, por ejemplo, nos lleva a la tristeza, la depresión, a una bajada de endorfinas y serotonina y a la pérdida no regulada de estrógenos y testosterona, las hormonas que inciden en nuestra sexualidad.

La demonización de la grasa y su erradicación de algunas de estas dietas extremas, debemos tenerlo en cuenta asimismo, conduce a descensos radicales de los niveles de testosterona. Los hombres necesitan “grasa buena” para practicar el sexo.

Además de estas advertencias, el experto en nutrición y autor de “Tú eres tu medicina”, Ata Pouramini , identifica algunas actitudes a la hora de comer como negativas para mantener una vida de pareja sana y activa.

El sobrepeso está asociado a un menor periodicidad a la hora de hacer el amor, por la falta de agilidad, por el sueño que nos provocan las grandes digestiones y por los complejos físicos que conlleva. Una imagen distorsionada de nosotros mismos nos retrae frente a la desnudez y la mirada del otro.

Comer mucho antes de practicar el sexo nos lleva “hincharnos” y aumentar nuestro nivel de gas en el cuerpo. A cierta edad, los inconvenientes físicos y mentales cohíben y superan a cualquier deseo o atracción sexual.

Y, por supuesto, Pouramini desaconseja y recomienda algunos alimentos. En el primer grupo, el azúcar y la menta, por ser inhibidores de la testosterona, también los alimentos enlatados ( por su alto contenido en potasio) y los de alto índice proteico, la carne roja, entre otros.