El
restaurante Floreta de Barcelona quiere llevar la cocina de producto a su
máxima expresión. El joven chef Xavier Jovells, hijo del cocinero de Can
Pineda, ha empezado a trabajar gastronómicamente los huevos de cisne. Un
producto efímero, que prácticamente no se encuentra en los mercados y del cual
existen muy pocas unidades.
El huevo es un producto que vive
momentos de esplendor gastronómico con cada vez más presencia en las cartas de
los restaurantes más renombrados. Jovells ha adquirido 12 huevos de cisne
procedentes de la zona de Calaf en el mercado de La Boqueria y los sirve fritos
al plato. “Es un producto tan específico que se tiene que resaltar su pureza”,
destaca Jovells. El chef asegura que “tienen un sabor muy potente, pero a la
vez muy elegante, con un buqué muy característico”.
La temporalidad marca el consumo de
los huevos de cisne. Estas aves solo ponen una vez al año: entre abril y junio
es la época de reproducción y cría. Cada hembra pone de 5 a 7 huevos que miden unos
115 milímetros de longitud. Su comercialización es muy limitada, tienen un
precio elevado, y su presencia en los restaurantes es casi nula.