La leche y los productos lácteos son uno de
los pilares fundamentales de una buena alimentación en todas las edades, ya que
son productos completos, que contienen gran variedad de nutrientes, y
equilibrados, por presentar un balance óptimo entre sus constituyentes
mayoritarios: grasas, proteínas y carbohidratos.
Así se destaca en el denominado ‘Libro Blanco
de los Lácteos’, publicado por la Federación Nacional de Industrias Lácteas(FeNIL) y avalado por los profesionales de la Sociedad Española de Medicina deFamilia (semFYC), la Sociedad Español de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la
Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). El libro, que busca dar a
conocer las propiedades nutricionales de la leche y los productos lácteos entre
los profesionales de la salud, recuerda que estos alimentos son ricos en
proteínas, vitaminas y calcio de fácil asimilación. Esta característica les
convierte en una buena opción para cubrir las necesidades nutricionales de
individuos de todas las edades.
Además, aportan a la dieta una amplia variedad
de macro y micronutrientes en relación con su contenido en calorías, lo que
garantiza un correcto desarrollo. Su composición, variable en agua, lactosa,
grasa, proteínas, vitaminas y minerales, hace que se adapten muy bien a todo
tipo de dietas y necesidades nutricionales.
RIQUEZA Y EQUILIBRIO NUTRICIONAL
Entre los nutrientes que aportan la leche y
los productos lácteos destacan las proteínas, responsables de formar y reparar
las estructuras corporales. Específicamente, la leche y los productos lácteos
proporcionan proteínas de alta calidad –denominadas así por ser de alta
digestibilidad y valor biológico-- y que contienen todos los aminoácidos
esenciales que necesita el organismo.
También proporcionan lípidos con ácidos
grasos, como el linoleico y el linolénico, con un papel fundamental en ciertas
estructuras, sobre todo del sistema nervioso. Además, aportan componentes
bioactivos como la esfingomielina y el ácido linoleico conjugado (CLA), este
último potencialmente cardioprotector y antitumoral. Son fuente de
vitaminas, micronutrientes necesarios para la transformación de alimentos en
energía, aportando vitaminas hidrosolubles B1 y B2 y liposolubles A, D, E y K.
De hecho, precisa este libro, el consumo diario recomendado de productos
lácteos permite cubrir cerca del 80 % de la cantidad diaria recomendada para un
adulto de la importante vitamina B2.
La vitamina A, presente en la leche y en los
productos lácteos, contribuye al correcto mantenimiento de las mucosas, la piel
y la visión. La vitamina D es fundamental para la absorción del calcio y el
fósforo. Por su parte, la vitamina D contribuye al buen estado de huesos y
dientes. Proporcionan los hidratos de carbono necesarios para mantener
niveles óptimos de energía y fundamentales en el metabolismo del sistema
nervioso central. También minerales como el calcio, el fósforo, el potasio o el
magnesio. Especialmente relevante es su aporte de calcio, que supone entre el
65 y el 75 % de la cantidad diaria recomendada en la dieta media.
Además de su riqueza y equilibrio nutricional,
la ventaja de consumir leche y productos lácteos radica en que se puede elegir
dentro de una amplia variedad, que va desde la leche líquida, yogures, quesos,
postres lácteos, nata, mantequilla, entre otros. La continua labor de
investigación e innovación ha permitido el desarrollo de esta amplia variedad
de productos lácteos que se adaptan a las diferentes necesidades nutricionales,
hábitos de vida y preferencias de los consumidores.
LA FEDERACIÓN NACIONAL DE INDUSTRIAS LÁCTEAS (FeNIL)
La Federación Nacional de Industrias Lácteas
(FeNIL), integra a más de 70 empresas del sector, que representan más del 95%
de la producción nacional de productos lácteos. Los principales objetivos de
FeNIL son promover el consumo de leche y productos lácteos en general por sus
cualidades saludables y nutricionales; reforzar la creencia establecida entre
el público en general de que los lácteos son buenos y comunicar la diversidad
de lácteos existentes en el mercado.