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4 sept 2014

Con ‘El Atroje’, la gastronomía de Chinchón se podrá degustar en cualquier lugar

Chinchón se suma al moderno concepto de la franquicia. De la mano del establecimiento más exitoso y representativo, Mesón Cuevas del Vino, el municipio exportará todos los productos, recetas y sabores que le han convertido en uno de los destinos más seguros si el objetivo es comer bien. El mítico mesón, famoso por sus cuevas llenas de tinajas, su almazara y su bodega eminentemente castellana, ha decidido exportar su estilo de negocio bajo el nombre de ‘El Atroje’.

Apoyados en las más de 80.000 personas que cada año pasan por las instalaciones del mesón original, las franquicias ‘El Atroje’ poseen todas las garantías para posicionarse como un negocio rentable y de rápida amortización gracias a un modelo muy consolidado. Un estilo ‘made in Chinchón’ basado en las antiguas casas de labores tan extendidas por este municipio madrileño, donde se elaboraba antiguamente el vino y el aceite, así como en una carta sencilla, que evoca los sabores del pasado y recoge las recetas tradicionales elaboradas a la antigua usanza. Morcilla, callos al estilo Chinchón, ‘faroles’, asadillo de pimientos, chorizo a la brasa, huevos fritos con puntilla y ropavieja... platos que nunca pasan de moda, acompañados por el mejor vino de la tierra servido en su tradicional pellejo.

Un modelo culinario único, que ha hecho de Chinchón uno de los epicentros gastronómicos de la verdadera comida castellana a la antigua, ahora al alcance de todos los emprendedores. Los creadores de esta idea quieren, en un primer proceso de expansión, afrontar el crecimiento de la franquicia abriendo nuevos locales en Madrid capital y en otras ciudades de más de 100.000 personas del núcleo urbano de la Comunidad. Posteriormente, en una segunda fase, ‘El Atroje’ tiene prevista la apertura de nuevos restaurantes en las principales ciudades españolas o municipios con alta densidad de población. Una idea de emprendimiento basada en un modelo que desde hace 50 años lleva cosechando éxito tras éxito y que, definitivamente, llevará la despensa chinchoneta a las fórmulas hosteleras del siglo XXI.