110 años de
historia. No todos lo pueden decir, por eso, se enorgullece y se vanagloria el
que es uno de los restaurantes más longevos de Barcelona, el restaurante Can
Solé. Ubicado en la calle Sant Carles 4, del marinero barrio de la Barceloneta,
Can Solé ha sido testigo del paso de los años sabiéndose adaptar siempre a los
tiempos. Can Solé fue fundada en 1903 como taberna de pescadores por Josep
Homs, quien dejó para su nuevo negocio el nombre del antiguo establecimiento,
una tienda de aceites, jabones y alimentos propiedad de Gregorio Solé. De
aquellos años de principios de siglo, el restaurante actual mantiene numerosos
vestigios, como los grifos para lavar el pescado, las baldosas en sus paredes,
sus mesas de mármol o un impertérrito reloj que sigue funcionando y dando
las horas con milimétrica exactitud. De hecho, para memoria del pasado, la
propia casa, el edificio que ocupa Can Solé, todo en ejemplo de la arquitectura
de la Barceloneta de principios del siglo XX. Estas huellas de su historia hoy
le dan clase y prestigio al que sigue siendo uno de los mejores
establecimientos culinarios de la zona.
Ya alcanzó
esta fama cuando empezó a servir los mejores pescados y mariscos de la ciudad,
allá por la década de los 50 del siglo pasado. Poco más tarde, un jovencísimo
Josep María García empezaba a frecuentar sus mesas. Quién le iba a decir que,
décadas después, se haría con el timón de este barco gastronómico. Así fue en
el año 1995. Desde entonces, ha luchado a diario para ensalzar la cocina
marinera, la cocina mediterránea, la cocina catalana, la cocina de siempre
desde este estandarte de la calidad y el buen servicio. Un esfuerzo que ha dado
sus frutos y recompensas, como la placa de honor de la Generalitat al Mérito
Turístico, el Premio Nacional de Gastronomía o el Plato de Oro. Además, Josep
María García es miembro de la Chaîne des Rostisseurs y pertenece a la Cofradía
de l’Arròs del País Valencià. Además, el restaurante forma parte del sello
Cuina Catalana.
Materia prima
de calidad, especialidades de la casa El marisco, el pescado y los arroces (con
más de una docena de referencias) siguen siendo los platos fuertes de la carta
de Can Solé, carta, por cierto, que disponen traducida en 8 idiomas y en
braille. Entre sus especialidades, a destacar algunos platos inamovibles de la
carta –a petición de no pocos fieles comensales, como las sepietas Can Solé, al
horno y con tomate; los buñuelos de bacalao y piñones; el arroz caldoso de
bogavante, o el arroz a banda con vieiras; el bacalao Can Solé; la exquisita
caldereta o la sencilla sopa de cebolla con huevo y gratinada, sin olvidar la
zarzuela y también una deliciosa bullabesa. Y es que, a pesar del paso del
tiempo, Can Solé se mantiene firme ante pasajeras modas culinarias. Sigue
siendo fiel a sus principios y arraigado en una cocina de antaño, basada en la
mejor materia prima y en técnicas culinarias tradicionales.
Amigos de Can
Solé
Por las mesas
de Can Solé han pasado todo tipo de personalidades de la vida política,
cultural, artística y social de Barcelona, Catalunya y el Estado español. Desde
ilustres nombres del arte y la pintura como Santiago Rusiñol, Joan Miró, Dalí,
o Tàpias, escritores como Josep Mª de Segarra y Josep Pla, figuras del séptimo
arte y la música como la fallecida Sara Montiel, Amparo Moreno, José Luis López
Vázquez, Joan Manuel Serrat, Manolo Escobar, o Antonio Carmona. Entre todo ellos,
se guarda un especial recuerdo al que fue gran cliente y amigo, Manuel Vázquez
Montalbán, quien además inmortalizó al restaurante en algunos de sus libros.
Pero además de todos estos nombres famosos, y otros tantos que no se han
mencionado, el gran valor de Can Solé son todos los clientes anónimos que han
pasado por sus mesas desde ese año 1903.
Restaurante Can Solé
• Director: Josep María García
• Cocina: Mari Carmen Durán
• Número de comensales: 120 personas
• Personal: 11 personas entre cocina y
sala
• Bodega: entre 80 y 100 referencias
• Precio medio: 50€