La
nueva normativa impulsada por el Gobierno de Grecia que permite a
tiendas y supermercados la comercialización de productos cuya “fecha
de consumo preferente” ha vencido ha suscitado dudas en la
población sobre si esta nueva política económica tendrá alguna
repercusión en la salud de la ciudadanía. En este sentido el
ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de España,
Miguel Arias Cañete, ha afirmado que España no seguirá los pasos
de Grecia.
Asimismo,
esta iniciativa abre el debate sobre si realmente pueden tomarse
medidas alternativas que eviten iniciativas extremas, dado que una
adecuada planificación y gestión de los alimentos por parte del
consumidor evitará lo que hoy en día se considera un grave problema
económico, social y ecológico.
En
el marco de la labor divulgativa sobre el espacio de la cocina en
todas sus vertientes, el Instituto Silestone define y aclara algunos
conceptos y aporta consejos y recomendaciones sobre el consumo de
productos que sobrepasen la fecha de consumo preferente.
Es
importante diferenciar entre “fecha de consumo preferente” y
“fecha de caducidad”
La
fecha de consumo preferente se refiere al tiempo en el que el
producto mantiene intactas sus propiedades, sin que su ingesta
suponga un riesgo para la salud. Por el contrario, la fecha de
caducidad se corresponde con el día en que ese producto ya no es
adecuado sanitariamente para el consumo. La fecha de caducidad se utiliza para productos
microbiológicamente muy perecederos como pasteurizados (leche, yogur,
cremas, etc.), carnes o envasados al vacío. Es decir, se usa para
alimentos de elevado riesgo. Respecto a la fecha de consumo
preferente, se emplea para productos con poco agua (aceites,
legumbres, cereales, etc.), deshidratados (purés, sopas),
esterilizados (latas, envases de leches, etc.) y huevos.
Maite
Pelayo, microbióloga y portavoz técnica del Instituto Silestone
afirma que la diferencia entre ambos conceptos parece clara pero que
no lo es tanto. Recientes estudios demuestran que los consumidores no
realizan distinciones entre fecha de caducidad y consumo preferente
desechando el alimento que ha sobrepasado la fecha establecida y, en
consecuencia se produce un desfavorable manejo de los recursos
alimenticios. Esta mala gestión también es el origen de los
millones de toneladas de alimentos al año que no se utilizan a
tiempo y caducan.
El
objetivo buscado desde el Gobierno es una mejor gestión de los
stocks
de alimentos por parte del consumidor que revierta no sólo en un
aumento de su nivel de seguridad sino también en una mejora
económica, tan necesaria en estos tiempos de crisis.
En
ambos casos, caducidad y consumo preferente, la fecha indica el
momento concreto en que termina el período de comercialización de
un producto y, por tanto, de su retirada de las estanterías.
Conviene saber que si una persona adquiere un alimento “pasado de
fecha” tiene derecho a que el vendedor se lo restituya por uno cuya
fecha de caducidad o de consumo preferente no haya pasado.
Despilfarrar
alimentos, un grave problema económico, sanitario, social y
ecológico
Las
autoridades europeas no saben cómo poner freno a un dato realmente
escandaloso: cada estado europeo desperdicia alrededor de 180 kilos
de alimentos al año, de los cuales los hogares son responsables del
42 % del total del despilfarro, unos 76 kilos por persona al año. De
esta cantidad, más de la mitad es evitable, y se debe principalmente
a la falta de concienciación, las actitudes culturales de
infravaloración de los alimentos, la escasez de conocimiento sobre
su uso eficiente y la falta de planificación de las compras.